Comentarios a la teoría del capitalismo de Karl Marx por Guillermo J. Escudé

Víctor A. Beker[1]

Guillermo J. Escudé es un distinguido economista que ha seguido la senda de destacados economistas teóricos argentinos como Julio H. G. Olivera y Rolf Mantel. El libro que comentamos está dedicado a la memoria de aquél (Guillermo J. Escudé. La teoría del capitalismo de Karl Marx. Exposición, crítica y valoración. ISBN 978-620-4-18468-5. 2021 LAP LAMBERT Academic Publishing, 590 páginas).

Escudé se esfuerza por hacer una exposición exhaustiva de la teoría del capitalismo de Karl Marx tal y como se presenta en El Capital, corrigiendo algunas imprecisiones y aproximaciones debidas tanto a la falta de formación matemática de Marx como a la inexistencia en su época de algunas herramientas matemáticas -como la teoría de Perron y Frobenius sobre matrices cuadradas no negativas- que facilitan una exposición más clara de su teoría.

Tras una introducción a los fundamentos filosóficos y metodológicos de la obra de Marx en la Parte I, incluida una exposición de su "concepción materialista de la historia", Escudé dedica los 15 capítulos de la Parte II a una presentación detallada de la teoría del capitalismo de Marx.

El autor aborda gran parte de los temas tratados en El Capital, como la teoría del valor-trabajo de Marx y su relación con los valores de cambio y los precios, su teoría monetaria, su teoría de la plusvalía, su teoría de la "acumulación primitiva", la rotación del capital, los papeles del capital financiero, el capital comercial y la renta del suelo, y las "leyes" de la acumulación capitalista.

En la Parte III, que comprende los 3 capítulos siguientes, Escudé desarrolla su crítica a la teoría de Marx, especialmente a su teoría de la plusvalía y a su interpretación del trabajo empresarial. Dedica un capítulo entero a la comparación entre las estructuras básicas de la teoría del capitalismo de Marx y la teoría del equilibrio general de Walras en condiciones de "competencia perfectamente libre". Para ello, impone restricciones a la generalidad del esquema de Walras para adaptarlo a la estructura de clases de la teoría de Marx y lo coloca en el mismo tipo de esquema de ecuaciones matriciales duales que utiliza para expresar los diversos modelos de Marx: un "sistema de cantidades" que incluye las cantidades de mercancías producidas y las poblaciones de las clases sociales implicadas, y un "sistema de precios e ingresos" que es su dual. Mientras que Marx (y los economistas clásicos) utilizaban cestas de consumo dadas exógenamente, Walras pudo hacerlas endógenas encontrando una manera de modelizar las preferencias, lo que le permitió incluir muy bien a los terratenientes y sus rentas. Sin embargo, Escudé destaca que las ventajas de la teoría de Walras se vieron compensadas por algunos inconvenientes, ya que Marx esbozó un marco más general para ciertos aspectos fundamentales que escapan al "equilibrio general". Esto aparece cuando modela la teoría del ciclo industrial de Marx. En ella, el desempleo (o "ejército industrial de reserva") es normalmente positivo y varía inversamente con el atesoramiento de los capitalistas, es decir, la parte del capital que poseen pero no invierten, manteniéndolo como reserva de valor que mueven con discreción y son los principales motores del ciclo. Escudé sugiere que Keynes se habría beneficiado de una mejor comprensión de la teoría de Marx (y de referirse a El Capital en lugar de a las teorías de Silvio Gesell en su Teoría General).

Finalmente, los dos capítulos de la Parte IV del libro abordan la praxis política de Marx y Engels y contienen tanto una exposición como una crítica de su proyecto político. Un último capítulo está dedicado a algunas reflexiones finales.

Entre las aportaciones de Escudé está cómo aborda el llamado "problema de la transformación", es decir, cómo relacionar los valores-trabajo de las mercancías -utilizados a lo largo del Libro I de El Capital como mero supuesto simplificador- con los precios de producción desarrollados en el Libro III (que son los precios de equilibrio antes de la introducción de la renta absoluta del suelo, lo que requeriría una "modificación" de dichos precios de producción. Escudé muestra que Marx no llegó a formalizar esta "modificación" aunque sí señaló la necesidad de hacerlo. También muestra que las fórmulas aproximadas de Marx para los precios de producción y la tasa de ganancia global son un primer paso en un algoritmo que converge rápidamente a los verdaderos precios de producción y tasa de ganancia global dados por el sistema de ecuaciones de precios e ingresos correctamente formulado.

Como se mencionó anteriormente, Escudé analiza críticamente la forma en que Marx se dirige al empresario capitalista. Encuentra una contradicción entre el hecho de que Marx reconozca en sus análisis textuales el trabajo de dirección y planificación del empresario, por un lado, y la ausencia de este trabajo en su aparato analítico, por otro, tanto en su teoría de la plusvalía (a la que Escudé se refiere como la parte "esotérica" de la teoría de Marx) como en su modelo de precios y salarios de equilibrio (la parte "exotérica" de la teoría de Marx). De este modo, descarta la teoría de la plusvalía por ser errónea en sus supuestos básicos y muestra cómo la parte "exotérica" de la teoría puede modificarse si se incluye el trabajo del empresario (o de los ejecutivos de las empresas), así como la retribución que recibe no sólo por su trabajo (de planificación, organización, mando y control), sino también por soportar un riesgo no cuantificable (y, por tanto, no asegurable) debido al entorno incierto en el que trabaja. Escudé muestra que esto se reflejaba en las ideas de economistas como Cantillon, Turgot y Ramsay, que Marx conocía bien pero que descartó por no ser compatibles con su teoría de la plusvalía. Por supuesto, tales modificaciones conducen a conclusiones diametralmente opuestas a las de Marx: "Una vez que reconocemos formalmente que los empresarios capitalistas aportan con su esfuerzo una contribución (fundamental) al proceso productivo, se destruye la idea de que se puede prescindir de ellos, así como la concepción de que los ingresos de los empresarios y propietarios se basan en una parte no remunerada del trabajo de los obreros asalariados (p. 445)."

Como complemento a este análisis, Escudé dedica un capítulo entero de su libro al análisis del tratamiento del trabajo empresarial en la historia del pensamiento económico, comenzando por los autores antes mencionados (Cantillon, Turgot y Ramsay), así como Smith y Ricardo, y también Walras, Edgeworth y Cassel, para concluir con Schumpeter, Knight, Berle y Means, Coase y Scitovsly. Se trata de una aportación notable y original a la historia del pensamiento económico, al hundir el bisturí en las obras de cada uno de estos autores y extraer sus ideas sobre el papel económico del empresario.

Por último, el autor analiza cómo se aplicó "la concepción milenarista y utópica de Marx" en las revoluciones rusa y china de los siglosXX. Su principal conclusión es que "en la economía exclusivamente estatal tiende a predominar una lógica de competencia política burocrática entre camarillas que sólo se ve frenada por un control jerárquico aún más estricto que debilita la iniciativa y, a largo plazo, no está a la altura de la flexibilidad alcanzable por el Capitalismo" (p. 573). Según el autor, esto explica la reintroducción del capitalismo (es decir, capital privado y trabajo asalariado en empresas privadas) tanto en Rusia (y otros países que formaban la Unión Soviética) como en China. Esto le lleva a concluir que "el desiderátum del siglo XXI ya no es Capitalismo vs. Comunismo, sino qué tipo de Capitalismo y qué tipo de participación popular en el proceso político (democracia) ha de existir" (p. 573).

En resumen, estamos ante un libro que disecciona la teoría del Capitalismo de Marx combinando un magistral manejo de la economía analítica con un profundo conocimiento de las aportaciones de la mayoría de los estudiosos que han dado forma a la economía, una combinación pocas veces vista y que no deja de impresionar al lector.

 

 



[1] Profesor de Economía en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Belgrano.

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